Colombia – Chía, un municipio tradicionalmente tranquilo cerca de Bogotá, enfrenta una alarmante ola de violencia. Lo que comenzó como un incidente aislado desencadenó un aumento significativo de disturbios, robos y enfrentamientos armados, poniendo a la comunidad en estado de alerta. Hace cinco semanas, un doble asesinato marcó el inicio de una serie de eventos que han llevado a la intervención urgente de las autoridades locales.
El pasado fin de semana, la violencia alcanzó su punto álgido en Fonquetá. Una simple discusión en un local comercial escaló rápidamente en una riña masiva, donde cuchillos, palos y armas de fuego se utilizaron sin control. La llegada de la policía solo incrementó el caos cuando los involucrados atacaron a los agentes, dejando a uno gravemente herido. La situación no solo provocó daños en bienes públicos, sino que también sembró el terror en los residentes de la zona.
Los episodios violentos no terminaron allí. En otro sector del municipio, una mujer fue atacada con un arma traumática, y horas después, otra persona resultó herida con arma blanca. Estos incidentes, sumados al crecimiento del microtráfico y el consumo de drogas, han disparado los niveles de inseguridad.
Ataques armados, disturbios y microtráfico llevan al gobierno local a tomar medidas drásticas.
El alcalde de Chía, Leonardo Donoso, ha respondido a esta crisis con la implementación de un toque de queda en cuatro veredas, restringiendo la circulación nocturna de personas entre las 10:00 p.m. y las 4:00 a.m. También se prohibió el uso de parrilleros en motocicletas los viernes y sábados por la noche, una medida que busca dificultar los movimientos de los delincuentes.
Además, Donoso convocó a una reunión urgente con los dueños de bares y discotecas para revisar sus horarios de funcionamiento, debido a que estos establecimientos han sido identificados como puntos de inicio de conflictos y consumo excesivo de alcohol y drogas. Las autoridades buscan controlar la violencia y devolver la tranquilidad al municipio.
Fuente: RCN