Colombia – La reciente victoria de Donald Trump en las elecciones estadounidenses y su retorno a la Casa Blanca plantea nuevas dinámicas en la relación con Colombia. Trump ha anunciado su intención de reorientar la política exterior hacia una postura “América primero”, dejando de lado a los países de Latinoamérica, incluyendo a su antiguo aliado colombiano. En este contexto, los expertos advierten sobre el posible impacto que esto tendrá en aspectos clave de la agenda bilateral.
Durante más de 200 años, Estados Unidos ha sido el principal socio comercial y cooperante de Colombia, una relación que ahora podría enfrentar fricciones. David Castrillón-Kerrigan, profesor de la Universidad Externado de Colombia, sostiene que Latinoamérica continuará siendo un actor marginal en la política estadounidense bajo Trump. Esto podría generar fricciones con el gobierno colombiano, liderado por Gustavo Petro. Incluso con Biden, hubo desacuerdos en varios temas. Ahora, con las divergencias políticas y económicas entre ambos mandatarios, la tensión parece inevitable.
Migración en la segunda era Trump
Uno de los puntos críticos será la política migratoria. En Estados Unidos viven 1,6 millones de colombianos, muchos de ellos sin regularización. Un enfoque más restrictivo de Trump en este ámbito, podría presionar a Colombia a endurecer su control fronterizo, complicando tanto la gestión de los flujos migratorios desde Venezuela como el tránsito por el Darién. Diego Chaves-González, director para América Latina y el Caribe del Migration Policy Institute, señala que, aunque los republicanos han tenido un enfoque pragmático en el pasado, esta vez la perspectiva podría ser diferente y más enfocada en seguridad.
A nivel económico, Colombia depende considerablemente de la cooperación de Estados Unidos, con una asignación prevista de 208 millones de dólares para 2025, un monto que ya sufrió una reducción en comparación con los 410 millones del año anterior. Además, las inversiones estadounidenses alcanzan los 7.100 millones de pesos, consolidando a EE.UU. como uno de sus principales socios comerciales. Sin embargo, Trump ha mostrado poco interés en fortalecer vínculos económicos con América Latina, lo que podría ralentizar futuros flujos de inversión hacia Colombia.
En cuanto a la lucha contra los cultivos ilícitos, otro tema de alta sensibilidad, Trump y Petro enfrentan un desafío mayor. En el último año, el área sembrada con coca en Colombia creció un 10 %, mientras que la producción potencial de cocaína aumentó en 53 %. Con Trump en la Casa Blanca, es probable que Estados Unidos adopte una postura más rigurosa en su colaboración. Y que demande de Colombia una acción más severa en su lucha antidrogas.
El panorama que se dibuja con Trump en el poder sugiere tiempos difíciles para la relación bilateral. La falta de convergencia en temas estratégicos podría dificultar la cooperación entre ambos países, impactando áreas clave como migración, economía y seguridad fronteriza.
Fuente: Semana