Trujillo en crisis: La feroz lucha contra la extorsión criminal

La extorsión se ha convertido en una epidemia en Trujillo, Perú, donde el coronel Víctor Revoredo coordina operaciones contra "Cortadedos", el extorsionador más buscado. Con un aumento del 509% en las denuncias desde 2021, las pequeñas empresas son las principales víctimas de una violencia que amenaza su supervivencia.

por | Oct 24, 2024

Trujillo, Perú – En la penumbra de Trujillo, el coronel Víctor Revoredo, pistola en mano, lidera un operativo policial para capturar a “Cortadedos”, uno de los extorsionadores más temidos de la región. Su equipo se encuentra oculto en el techo de una vivienda cercana, mientras se prepara para abordar la casa que se cree alberga a este peligroso criminal. La situación en esta ciudad de más de un millón de habitantes es crítica, con un aumento alarmante en los casos de extorsión que afectan a una amplia gama de negocios y servicios.

La extorsión comenzó a extenderse en Trujillo en 2006, cuando las bandas iniciaron su modus operandi a través del chantaje violento. Según Ricardo Valdés, exministro de seguridad, hoy en día este delito se ha masificado, convirtiéndose en la principal fuente de ingresos para las organizaciones criminales. Las víctimas ya no se limitan a grandes empresas; los comerciantes informales, mototaxistas y colegios también enfrentan el acecho de estas bandas.

Las víctimas de la extorsión

Los extorsionadores contactan a sus víctimas mediante mensajes de texto que amenazan con violencia si no se cumplen sus exigencias económicas. Un empresario asesinado recibió un mensaje que solicitaba 20,000 soles (aproximadamente 5,000 dólares), con las coordenadas para realizar el depósito. De no hacerlo, las bandas suelen llevar a cabo represalias, como ataques con explosivos o disparos a las fachadas de los negocios. El coronel Revoredo califica esta situación como una “pandemia criminal”, al tiempo que lidera la estrategia contra grupos como Los Pulpos y La Jauría, responsables de la violencia en la región.

Lima, la capital del país, no ha sido inmune a esta crisis. Hartas de la extorsión, empresas de transporte han paralizado sus servicios en dos ocasiones recientes, mientras que el gobierno de Dina Boluarte ha desplegado a las fuerzas militares para apoyar la lucha contra estas organizaciones criminales. En 2023, las autoridades recibieron 23,000 denuncias, un aumento del 509% en comparación con 2021. Este incremento resalta la urgencia de una respuesta efectiva ante una problemática que afecta la vida cotidiana de millones.

Pequeñas empresas al borde del colapso

Las pequeñas empresas son las más afectadas por la extorsión, perdiendo anualmente unos 1,600 millones de dólares. Los propietarios se ven obligados a invertir en medidas de seguridad y a enfrentar la presión constante de los extorsionadores. Diomedes Sánchez, un profesor que dirige un colegio en el área de acción de “Cortadedos”, recibió un ultimátum que lo obligó a cerrar temporalmente su institución tras un ataque. “Los pequeños y medianos negocios ya no pueden trabajar en paz”, concluye.

Fuente: La República

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