El Chocó, Colombia – Durante una semana, la región del Chocó ha estado sumida en el miedo y la incertidumbre. Más de 50,000 personas se vieron confinadas en sus hogares debido al paro armado impuesto por el Ejército de Liberación Nacional (ELN). Sin previo aviso, el grupo guerrillero restringió el movimiento de la población, dejándolos sin posibilidades de salir en busca de alimentos o medicamentos.
El pasado domingo, el ELN anunció que suspendería el paro a partir del 19 de agosto de 2024. Según el comunicado del grupo armado, el paro terminará oficialmente a las 6:00 a.m. de ese día.
“Damos por finalizado el paro armado a partir de las 6:00 a.m. del día 19 de agosto de 2024 y agradecemos a la población haber acatado la orden”.
Sin embargo, el anuncio no trae tranquilidad a los habitantes, quienes dependen desafortunadamente de los comunicados de los grupos armados para conocer su futuro inmediato. Muchos aseguran que no lograron prever la situación y quedaron atrapados sin recursos básicos. “No sabíamos que habría un paro, no tuvimos tiempo de salir a buscar alimento”, comenta uno de los habitantes de la zona afectada.
Jeison Mosquera, alcalde de Istmina, uno de los municipios más impactados, expresó su preocupación por la falta de seguridad en la región. A pesar de ser una zona directamente afectada por el conflicto, Mosquera denunció que la Unidad Nacional de Protección (UNP) le ha negado un esquema de seguridad. “Es increíble que un representante de una zona de conflicto no cuente con la protección necesaria”, afirmó el mandatario.
Mientras la región espera el fin del paro armado, las autoridades locales y nacionales enfrentan el reto de restablecer la seguridad y garantizar la protección de los derechos de los ciudadanos en estas zonas vulnerables. La incertidumbre aún reina en el Chocó, mientras sus habitantes esperan que el ELN cumpla su promesa de detener la violencia que ha paralizado la vida en esta parte del país.
Fuente: RCN