Venezuela -La industria de harina de maíz precocida en Venezuela atraviesa tensiones por conflictos entre productores y agroindustriales, agravadas por ventajas arancelarias otorgadas a algunas importadoras. Los agricultores exigen precios de entre 360 y 380 dólares por tonelada de maíz blanco, alegando pérdidas ante los precios actuales pagados por la agroindustria.
Desde septiembre, los agricultores exigen un precio entre 360 y 380 dólares por tonelada, afirmando que los valores actuales de 315 a 320 dólares generan pérdidas operativas. Sin embargo, los agroindustriales aseguran que un aumento dispararía el precio de la harina precocida, perjudicando a los consumidores y a la competitividad del mercado.
Competencia desleal y aranceles preferenciales
Al conflicto se suma la denuncia de competencia desleal, ya que empresas con accionistas chinos importan maíz durante la cosecha local sin pagar aranceles. Las marcas Kaly y Mimasa han logrado acaparar el 30 % del mercado, desplazando a la emblemática PAN. El presidente de Fedeagro, Celso Fantinel, criticó estas prácticas y afirmó que las importaciones perjudican la producción interna y generan pérdidas económicas significativas.
Reuniones sin consenso con el Ejecutivo
El ministro de Agricultura, Menry Fernández, convocó mesas de trabajo con el sector, pero el 70 % de los productores de harina no asistió, complicando los acuerdos. Fantinel propuso subsidiar a la agroindustria mediante exoneraciones fiscales para equilibrar los costos sin afectar el precio final. Además, sugirió aplicar barreras arancelarias para proteger la producción nacional de la competencia extranjera.
La situación preocupa tanto a agricultores como a industriales, que ven riesgos de quiebra si no se alcanza un consenso. La cosecha de maíz apenas comienza, pero las decisiones próximas definirán el rumbo de la industria, clave para la economía y el bienestar de las familias venezolanas.
Fuente: El Pitazo