Europa – Un segundo mandato de Donald Trump ha generado alarmas en Europa. Con el panorama de una política exterior de “Estados Unidos primero”, el continente anticipa una serie de tensiones políticas y económicas que podrían desestabilizar aún más su situación. En particular, la incertidumbre crece alrededor de la futura relación con la OTAN, una alianza que Trump ha amenazado con abandonar en ocasiones anteriores.
La retórica de Trump sobre la OTAN ha mantenido a Europa en vilo. La posibilidad de que Estados Unidos se retire de la alianza pondría en jaque la seguridad de Europa, particularmente en lo que respecta a las acciones de Rusia en Europa del Este. El temor en las capitales europeas es claro: sin el respaldo estadounidense, la región podría volverse más vulnerable a la agresión rusa. Este cambio alteraría profundamente el equilibrio de poder en el continente.
La amenaza de una guerra comercial entre EE. UU. y la UE
Además de las tensiones políticas, Trump ha prometido reactivar su política proteccionista, una de sus principales promesas durante su primera presidencia. De concretarse, la imposición de aranceles a productos europeos afectaría de manera directa a la economía del continente, especialmente a la industria automotriz alemana, uno de los sectores más vulnerables. Expertos advierten que esta guerra comercial no solo afectaría a Europa, sino que también podría tener un impacto negativo en la economía estadounidense.
Polarización política interna en Europa
El regreso de Trump no solo influye en la relación transatlántica, sino que también refuerza las tendencias políticas en Europa. Líderes populistas como Viktor Orbán de Hungría y Giorgia Meloni de Italia podrían verse fortalecidos por el retorno de Trump, ya que lo perciben como un aliado en sus posturas anti-UE. Esta polarización interna podría dificultar la capacidad de la Unión Europea de mantener una postura común frente a desafíos globales, como la guerra en Ucrania.
Europa en busca de una mayor autonomía estratégica
Ante este escenario, Europa no puede quedarse de brazos cruzados. Los expertos sugieren que la UE debe fortalecer sus capacidades defensivas y mejorar su independencia estratégica. Esto incluye inversiones en defensa, diversificación de relaciones comerciales con otras regiones y una revisión de sus políticas internas. La situación con Trump puede ser vista como un desafío, pero también como una oportunidad para que Europa reafirme su autonomía y desempeñe un papel más destacado en el escenario global.
Fuente: EVZ