Venezuela – El empresario brasileño Paraíba, conocido por su polémica gestión en minería aurífera, regresó a Ikabarú tras su huida en 2023. Su retorno ocurre un año después de una tragedia en su mina a cielo abierto que dejó decenas de muertos y expuso las precarias condiciones laborales en la región. La comunidad local y organizaciones ambientales están en alerta ante su inminente reactivación minera.
Paraíba llegó equipado con monitores hidráulicos, mangueras y más de 100 tambores de combustible, lo que apunta a un reinicio de actividades ilegales en José de Wadampa, cerca del río Ikabarú. Este acto ha generado preocupación entre las comunidades indígenas y defensores del medioambiente, quienes temen una nueva ola de destrucción ambiental y riesgos laborales en la zona.
Impacto ambiental y social
La actividad minera en Ikabarú ha sido motivo de constantes controversias. El impacto devastador en la Cuenca Alta del río Caroní, una zona clave para las hidroeléctricas del país, es innegable. Además, las condiciones laborales en estas minas son alarmantes, exponiendo a los trabajadores a peligros constantes sin medidas de seguridad adecuadas.
La tragedia del año pasado puso en evidencia la falta de regulación y supervisión en la minería de la región. A pesar de los llamados internacionales para tomar medidas, el retorno de Paraíba representa un nuevo desafío para las autoridades y las comunidades locales.
Un ciclo que amenaza con repetirse
El retorno del empresario brasileño no solo reaviva las tensiones en Ikabarú, sino que también refleja la urgencia de abordar la minería ilegal en áreas protegidas. Organizaciones ambientales instan al gobierno a reforzar la vigilancia en la región y garantizar la protección tanto de los ecosistemas como de las vidas humanas.
La situación en Ikabarú es un recordatorio de los riesgos que plantea la minería descontrolada. No solo para el medioambiente, sino también para las comunidades vulnerables que viven en la región.
Fuente: La Patilla