Bogotá, Colombia – La sensación de inseguridad en Bogotá ha alcanzado niveles críticos, impulsando a los comerciantes a considerar soluciones drásticas. Según una reciente encuesta de Fenalco, cinco de cada diez comerciantes en la capital colombiana se sienten inseguros en su propio entorno. El aumento de robos, extorsiones y asaltos en Puente Aranda, Kennedy y el barrio Santander ha revelado la insuficiencia de las medidas de seguridad actuales.
Un 8% de los comerciantes ha sufrido extorsión, lo que equivale a que uno de cada diez enfrenta amenazas de criminales que exigen pagos por “protección”. El temor a represalias ha llevado a que solo el 30% de las víctimas denuncien estos delitos, contribuyendo a la perpetuación del problema.
Comerciantes consideran medidas extremas como el porte de armas para enfrentar la creciente ola de delitos en Bogotá
Frente a esta situación, los comerciantes han comenzado a explorar alternativas extremas para salvaguardar su seguridad. Una propuesta controvertida es permitir el porte de armas con salvoconducto, generando intensos debates entre la ciudadanía y los círculos gubernamentales sobre su viabilidad. Juan Esteban Orrego, director de Fenalco Bogotá, ha señalado que la desesperación por protegerse ha llevado a los empresarios a solicitar un aumento en los patrullajes conjuntos entre el Ejército y la Policía. Sin embargo, muchos consideran que estas medidas son insuficientes.
Recientemente, varios incidentes de justicia por mano propia han alimentado el debate. En la última semana, tres delincuentes fueron abatidos por sus víctimas durante intentos de robo en distintas zonas de la ciudad, y un comerciante del barrio Santander frustró un atraco disparando contra un asaltante. Estos eventos han sido recibidos con mezcla de alivio y preocupación, planteando interrogantes sobre las posibles consecuencias de permitir el porte de armas.
Las autoridades policiales han advertido contra la justicia por mano propia, pidiendo a la ciudadanía que deje el manejo de estos casos a los cuerpos de seguridad. Sin embargo, la desconfianza en las fuerzas del orden sigue en aumento, mientras los comerciantes enfrentan una creciente sensación de desamparo y temor. Expertos en seguridad han advertido sobre los riesgos de la medida, indicando que la violencia y los problemas de convivencia podrían intensificarse a mediano plazo.
El debate sobre la legalización del porte de armas para comerciantes continúa abierto, mientras Bogotá sigue lidiando con una inseguridad que parece no tener fin.
Fuente: RCN