Medellín, Colombia – El reconocido cantante Maluma inauguró su nuevo restaurante el pasado 02 de agosto, “Casa Eterna”, en Medellín, el espacio inspirado en la identidad colombiana.
El evento contó con la presencia de destacados invitados como el cantante Marc Anthony y los futbolistas David Ospina y Daniel Muñoz. También asistió el artista urbano Kapo, entre otras personalidades del ámbito artístico y deportivo.
Casa Eterna busca ofrecer una experiencia gastronómica única, llevando a los comensales a evocar los recuerdos de antaño con recetas tradicionales de las abuelas colombianas.
Bajo la dirección de la chef María Antonia Vélez, el menú se enfoca en platos que resaltan los sabores autóctonos de Colombia, presentados con un toque moderno.
Declaraciones del artista durante la inauguración
“Por fin puedo mostrárselo al público. Algo que teníamos muy callado, muy secreto y que yo creo que por eso me llama tanto la atención. Después de tres años en los que nadie dijo absolutamente nada, abrimos. Es una gran sorpresa”, declaró Maluma a los periodistas durante la inauguración.
La emoción y el orgullo del cantante eran palpables, reflejando su profundo vínculo con su país natal.
La decisión de abrir Casa Eterna en Medellín no fue casual. “No puedo pensar en invertir en otras partes que no sean solamente en el exterior, sino volver a Colombia, volver a Medellín y apoyar obviamente la economía”, señaló el artista.
Maluma destacó la importancia de contribuir al crecimiento económico de su ciudad y de su país, reafirmando su compromiso con sus raíces.
El restaurante, con su diseño que combina elementos tradicionales y contemporáneos, promete convertirse en un ícono de la gastronomía en Medellín.
La inauguración de Casa Eterna no solo celebra la identidad colombiana a través de la gastronomía, sino que también marca el regreso de Maluma a sus orígenes, fortaleciendo su conexión con Medellín y apoyando su desarrollo económico.
Con esta nueva aventura, el cantante demuestra una vez más su versatilidad y su amor por Colombia.
Fuente: El Espectador