Salud – La hipertensión, un problema de salud global, tradicionalmente se asocia con el consumo excesivo de sodio. Sin embargo, el potasio está ganando relevancia como un mineral clave para el control de la presión arterial. Su capacidad para eliminar exceso de líquidos a través de los riñones y contrarrestar los efectos del sodio posiciona a este nutriente como un recurso prometedor.
El potasio también mejora la elasticidad de los vasos sanguíneos, facilitando el flujo sanguíneo y disminuyendo la resistencia vascular. Múltiples estudios han mostrado que un aumento en su ingesta reduce significativamente la presión arterial, especialmente en personas con hipertensión o dietas ricas en sodio.
Evidencia respaldada por la ciencia
Investigaciones recientes indican que incrementar el consumo de potasio puede disminuir entre 2 y 4 mmHg la presión arterial sistólica y de 1 a 3 mmHg la diastólica. Aunque parecen pequeños, estos cambios son clínicamente significativos, contribuyendo a reducir riesgos de eventos cardiovasculares como ataques cardíacos o derrames cerebrales.
La Organización Mundial de la Salud recomienda un consumo diario de 3.510 mg de potasio en adultos. Alimentos como plátanos, aguacates, espinacas y batatas son fuentes naturales y accesibles para alcanzar estos niveles.
Equilibrio alimenticio: clave del éxito
Los expertos señalan que el equilibrio entre reducir el sodio y aumentar el potasio es fundamental. Esta estrategia no solo potencia la eficacia del potasio, sino que también se alinea con cambios en el estilo de vida, como la práctica de ejercicio y la gestión del estrés.
En conclusión, aunque no es un remedio único, incorporar potasio en la dieta ofrece un enfoque efectivo y natural para combatir la hipertensión, mejorando la salud cardiovascular a largo plazo.
Fuente: El Nacional