Salud – Durante los meses de calor, las intoxicaciones alimentarias se convierten en una preocupación constante debido al aumento de las temperaturas. Las altas temperaturas favorecen la proliferación de bacterias, lo que hace que la conservación de los alimentos sea más crítica que nunca. No basta con mantener los productos frescos en la nevera, ya que una manipulación incorrecta o el uso de utensilios sucios pueden convertir alimentos inocuos en portadores de patógenos.
El riesgo de una manipulación inadecuada
La Dra. Ángela Rodríguez de Cossío, médica de familia de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (Semergen), advierte sobre los peligros de la contaminación cruzada. Aunque un alimento se conserve correctamente en la nevera, puede terminar contaminado si entra en contacto con superficies no higienizadas. Los paños sucios o las encimeras mal limpias son fuentes frecuentes de contaminación. Es importante lavar bien las manos y los utensilios antes de manipular los alimentos, así como limpiar regularmente las superficies de la cocina.
Bacterias peligrosas
Las bacterias como la Salmonella, la E. coli y la Listeria son algunas de las más comunes en la cocina. La salmonella suele encontrarse en productos de huevo y carne poco cocidos, mientras que la E. coli se asocia con carnes crudas y vegetales mal lavados. La Listeria, por su parte, se reproduce rápidamente en alimentos refrigerados y listos para consumir, como los embutidos o las ensaladas. Para evitar estas intoxicaciones, es esencial cocinar los alimentos a temperaturas adecuadas (al menos 70°C en el centro) y evitar el consumo de leche cruda.
Pautas de seguridad alimentaria
Una de las mejores formas de evitar las intoxicaciones es aplicar principios de higiene rigurosos. Es fundamental separar los alimentos crudos de los cocinados para evitar la contaminación cruzada. También se debe evitar el uso de trapos de cocina, ya que son propensos a albergar bacterias. En su lugar, es recomendable usar papel de cocina para limpiar las superficies. Además, nunca se deben dejar alimentos cocinados a temperatura ambiente por más de dos horas; si no se van a consumir de inmediato, deben ser refrigerados o mantenidos a temperaturas superiores a 60°C.
Las intoxicaciones alimentarias son un riesgo real, especialmente en épocas de calor, pero siguiendo medidas simples de higiene y conservación, podemos reducir significativamente las probabilidades de enfermarnos. Mantener una cocina limpia y prestar atención a los métodos de cocción y conservación son los primeros pasos hacia una alimentación más segura.
Fuente: Notitarde