Venezuela / Colombia – La arepa, ese delicioso manjar de harina de maíz, está durante siglos constantemente en las dietas de Colombia y Venezuela. Desde el desayuno hasta la cena, la arepa está presente en la mesa de miles de hogares, y más allá de ser solo un platillo, es un emblema cultural arraigado en la vida cotidiana de ambos países. Sin embargo, la pregunta de quién la hace mejor ha desatado una feroz rivalidad que ha trascendido las fronteras.
En Colombia, la arepa se sirve generalmente como acompañante, con carne, sopa o algún relleno. En Venezuela, la arepa es una comida completa y más grande. Además, suele incluir rellenos como queso, carne o plátano. Las arepas colombianas son más crujientes, mientras que las venezolanas tienen una textura más suave. En Colombia, se compran en tiendas, pero en Venezuela se preparan en casa.
El enfrentamiento llega a la política
Este año, la disputa alcanzó nuevas alturas cuando el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, se unió al debate de manera oficial. En un video publicado en sus redes sociales, proclamó que la arepa es “made in Venezuela”. “Una cosa es que coman arepa, y deben comer arepa donde quieran”, dijo, “y otra cosa es que desconozcan que la arepa es made in…”. Ante la respuesta del público, que gritó “Venezuela”, Maduro anunció que su gobierno había comenzado a preparar una solicitud ante la UNESCO para que la arepa venezolana sea designada como patrimonio cultural de la humanidad.
La rivalidad ha crecido en las redes sociales. Los usuarios defienden las recetas de su país, bromean sobre las diferencias y crean videos comparativos. Este fenómeno ha convertido este alimento en tema recurrente de discusión, reflejando el nacionalismo culinario de Colombia y Venezuela.
La historia compartida de la arepa
La arepa es mucho más que un platillo moderno; su origen remonta a tiempos precolombinos, cuando los pueblos indígenas elaboraban tortas de maíz. Con la llegada de los conquistadores, la receta evolucionó y se adaptó a lo largo del tiempo. La antropóloga Ocarina Castillo asegura que no existían fronteras como las conocemos hoy. Este hecho hace que el debate sobre la propiedad de la arepa sea una ilusión, pues es un legado compartido por la región.
En Colombia y Venezuela, la arepa sigue siendo un pilar cultural que conecta a generaciones pasadas con las presentes. Y aunque las recetas varíen, el amor por este alimento sigue siendo un punto de unión, incluso en medio de la rivalidad.
Fuente: NY Times