Baku, Azerbaijan – La COP29 está marcada por intensas negociaciones sobre el financiamiento climático, con una creciente preocupación por la falta de avances en la definición de cifras que permitan a los países en desarrollo enfrentar las consecuencias del cambio climático. La ministra colombiana de Ambiente, Susana Muhamad, se mostró inquieta por el lento ritmo de las conversaciones y la ausencia de compromisos claros sobre las cifras. “Nadie pone una cifra sobre la mesa”, señaló Muhamad, haciendo alusión a la geopolítica que se juega detrás de la negociación financiera.
Cifras cruciales para la lucha climática
La ONU ha estimado que los países en desarrollo necesitan al menos 1 billón de dólares anuales para abordar los efectos del cambio climático, como la construcción de infraestructuras sostenibles, protección contra inundaciones y el impulso de energías renovables. Sin embargo, las negociaciones se han centrado más en debates sobre quién debe aportar la cifra, lo que agrava la situación. La ministra colombiana resaltó que, mientras menos se invierta hoy, el costo del cambio climático aumentará exponencialmente en los próximos años.
Desacuerdo sobre la cantidad de ayuda pública
En este contexto, las cifras propuestas por los países ricos han sido insuficientes para los países en desarrollo. Según Chris Bowen, ministro de Clima de Australia, las propuestas varían entre 440.000 millones y 900.000 millones de dólares. Cifras que han sido rechazadas por países como Bolivia, que considera inaceptables los montos planteados. La falta de acuerdo sobre estas cifras, junto con el estancamiento en la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero, ha aumentado la frustración entre las delegaciones presentes.
¿Quién debe asumir la responsabilidad?
Las discusiones no solo giran en torno a la cantidad de dinero, sino también sobre cómo se estructurará la financiación. Los países ricos buscan asociar su dinero público con fondos privados y nuevos impuestos globales, pero aún no han propuesto cifras definitivas. Por su parte, Susana Muhamad insistió en la necesidad de que naciones como China y Arabia Saudita, aunque aún clasificadas como países en desarrollo, también contribuyan. En este sentido, la canciller alemana, Annalena Baerbock, destacó la importancia de una respuesta inmediata y colectiva, enfatizó: “no podemos enfrentar las necesidades de hoy con recetas de los años 1990”.
Con el tiempo avanzando y la presión sobre los negociadores creciendo, la COP29 enfrenta un escenario crucial para la justicia climática. Donde las decisiones tomadas en los próximos días podrían determinar el futuro de la lucha global contra el cambio climático.
Fuente: RFI
