Salud – La ludopatía, también conocida como adicción al juego, se está convirtiendo en un problema creciente entre los adolescentes. Este trastorno se caracteriza por una obsesión patológica con las apuestas, que puede ser tan destructiva como otras adicciones. Lo más preocupante es que, a diferencia de otros trastornos, la ludopatía puede permanecer oculta durante mucho tiempo, hasta que sus efectos son imposibles de ignorar. Los jóvenes son especialmente vulnerables debido a que se encuentran en una etapa de desarrollo emocional y cognitivo.
El psiquiatra Federico Pavlovsky explica que la ludopatía es difícil de detectar porque, al principio, la persona puede llevar una vida aparentemente normal. Sin embargo, a medida que la adicción avanza, comienzan a surgir señales que alertan sobre el problema.
Los 12 síntomas más comunes de la ludopatía en adolescentes:
1. Planificación de la vida en torno al juego: El joven comienza a organizar su tiempo alrededor de las apuestas, dejando de lado actividades como el estudio, el deporte o la vida social.
2. Aumento de la cantidad apostada: Inicialmente, las apuestas son pequeñas, pero con el tiempo se incrementan, lo que puede llevar a deudas y conflictos familiares.
3. Deterioro de las relaciones sociales: La mentira y el aislamiento son comunes en los adolescentes ludópatas, lo que deteriora sus vínculos con familiares y amigos.
4. Intentar recuperar el dinero perdido: El adicto suele apostar más para recuperar lo que ha perdido, lo que genera un ciclo vicioso de pérdidas.
5. Imposibilidad de frenar las apuestas: La compulsión por seguir apostando no se detiene, independientemente de las consecuencias.
6. Apostar cuando se siente ansioso o deprimido: El juego se convierte en una forma de escapar de las emociones negativas, como la ansiedad y la tristeza.
7. Irritación si no juega: El joven se siente molesto o ansioso cuando no puede participar en una apuesta.
8. Pedir dinero a otras personas: Los adolescentes ludópatas suelen pedir dinero a familiares o amigos para seguir jugando, a menudo ocultándolo a sus padres.
9. Vender pertenencias: El joven puede vender objetos personales, incluyendo otros juegos, para obtener dinero y continuar apostando.
10. Robar a compañeros o a los padres: En casos extremos, el adolescente llega a robar para financiar su adicción al juego.
11. Arriesgar aspectos importantes de la vida: El joven pone en peligro sus amistades, estudios y otros aspectos importantes de su vida por continuar jugando.
12. Intentar abandonar las apuestas, pero no lograrlo: A pesar de los intentos por dejar el juego, el adicto no puede controlarlo, lo que agrava la situación.
¿Cómo ayudar a un menor en riesgo?
Es fundamental que los padres y tutores estén atentos a estos signos para poder intervenir a tiempo. Establecer límites claros para el uso de dispositivos electrónicos y supervisar las actividades del joven en línea son pasos clave. Además, es importante hablar sobre los peligros del juego compulsivo y fomentar actividades alternativas como el deporte o los hobbies.
Si se detectan estos síntomas, no hay que dudar en buscar ayuda profesional. Un psicólogo o psiquiatra especializado en adicciones puede ser clave para tratar esta patología y evitar que el joven siga cayendo en el ciclo del juego patológico.
La ludopatía es una adicción que puede devastar la vida de los adolescentes, pero con intervención temprana y apoyo adecuado, es posible revertir sus efectos y devolverles una vida saludable y equilibrada.
Fuente: Infobae