New York,Estados Unidos – En marzo de 2024, Win Rozario, un joven de 19 años, llamó al 911 desde su apartamento en Ozone Park, Queens, buscando ayuda durante una crisis de salud mental. Sin embargo, la situación se tornó trágica cuando dos oficiales del Departamento de Policía de Nueva York (NYPD) acudieron al llamado. Rozario fue asesinado a tiros tras, supuestamente, amenazar a los agentes y a su familia con una tijera, mientras su madre y su hermano estaban presentes.
Este lamentable incidente ha intensificado el escrutinio sobre cómo el NYPD maneja las emergencias de salud mental, especialmente en situaciones que involucran a individuos vulnerables. En respuesta, una comisión del Concejo Municipal de Nueva York ha comenzado audiencias. Estas audiencias buscan considerar un nuevo proyecto de ley importante. Este proyecto de ley exigiría a las autoridades municipales. Se espera que proporcionen informes trimestrales sobre el manejo de estas llamadas. La intención es mejorar la respuesta a las crisis de salud mental en la ciudad.
Urgente Necesidad de Reformas en la Respuesta a Crisis
“Basta de criminalizar a los más vulnerables. Estos pacientes necesitan una interacción humana y compasiva, no una respuesta policial agresiva”, declaró Salaam, concejal de Harlem, líder de la comisión de Seguridad Pública. Esta legislación busca fortalecer la supervisión del programa B-HEARD, diseñado para responder a crisis de salud mental con profesionales en lugar de policías.
El programa B-HEARD, lanzado en 2021, implica una colaboración entre el Departamento de Bomberos (FDNY) y la Corporación de Hospitales Públicos (NYC Health + Hospitals). Sin embargo, hasta ahora solo está disponible en ciertos horarios y áreas. Activistas y legisladores han expresado que este enfoque sigue siendo insuficiente ante la creciente crisis de salud mental en la ciudad.
Activistas de Crisis Intervention Today (CCIT-NYC) abogan por cambios más profundos, sugiriendo que se integren trabajadores de salud mental capacitados a estos equipos de respuesta. En un contexto donde solo el 6% de las personas atendidas por B-HEARD han recibido atención comunitaria, la presión aumenta para que la ciudad comparta datos y mejore la eficacia del programa.
Por su parte, el gobierno municipal defiende que B-HEARD ha permitido que miles de neoyorquinos accedan a atención en salud mental más rápidamente. No obstante, la comunidad exige que se tomen medidas más concretas para proteger a quienes atraviesan crisis de salud mental y evitar que la intervención policial se convierta en un desenlace trágico. Peggy Herrera, activista de Freedom Agenda, enfatiza que la policía no está capacitada para gestionar estas situaciones y aboga por una respuesta profesional disponible las 24 horas.
Mientras Nueva York enfrenta una crisis de salud mental sin precedentes, el clamor por una reforma integral se intensifica, recordando que detrás de cada estadística hay vidas que merecen ser protegidas.
Fuente: El Diario NY
